Pongamos el caso de un viejo PC de principios de siglo que deviene irreparable pero que su disco duro ha sobrevivido. Para un caso como el de un Windows 2000 es poco probable que consigamos arrancarlo en un PC moderno, seguramente no habrá drivers para la mayoría de nuevos dispositivos.
Entonces surge la idea de virtualizar ese disco superviviente, por ejemplo con la herramienta Disk2VDI, para luego arrancar una máquina virtual, aquí por ejemplo usando QEMU.
Y ahí tenemos el Windows 2000 corriendo en un equipo moderno. A partir de aquí toca asignar dispositivos en su caso y pulir unos cuantos detalles. Pero en la mayoría de los casos salvamos la situación y nuestro trasto antediluviano es ahora un fichero que podemos llevarnos de aquí para allá.