Estas impresoras industriales de etiquetas, las Carl-Valentin PICA, son muy resistentes y duraderas por lo que en caso de fallo hay que ir a lo obvio. Echan años funcionando y olvidamos que de vez en cuando toca limpieza, sobre todo si las tienes en ambiente industrial.


Un sensor reflectivo detecta la separación entre etiquetas en la cinta y es cuestión de tiempo que la suciedad obture el elemento óptico que reconoce el reflejo. A partir de ahí es todo maña ya que el desmontaje es laborioso.


Y hasta la siguiente limpieza, que a lo mejor nos jubilamos antes.